lunes, 24 de noviembre de 2008

Veiga del Prado y Valle de Prefustes


Brezo por todas partes. Vista hacia Meroy

En el área comprendida en el rectángulo imaginario cuyos vértices serían el Puerto de Somiedo, el Alto de Prefustes, Meroy y Lumajo existe -físicamente, no en descripciones de ningún tipo en ningún lugar- un amplio espacio, vacío prácticamente de presencia humana y de edificaciones. Una zona caótica y con la que cuesta trabajo familiarizarse, en parte por la homogeneidad de su aspecto y la ausencia de referencias geográficas claras. El mismo hecho de la no-existencia de este lugar lo vuelve sumamente interesante para aquellos que gusten de recorrer lugares tranquilos y olvidados.


La cuadra donde acaba la pista

En esta ocasión, mes de julio, se recorrió la parte más septentrional de este territorio mencionado. Unos dos kilómetros antes del Puerto de Somiedo, en territorio leonés, de un lugar de acampada junto al río que cuenta hasta con contenedor de basura, parte una pista que se aleja ladera arriba en dirección a una cuadra próxima a la Veiga del Prado. En estos días del verano, la zona de acampada estaba ocupada por diversas tiendas de campaña y vehículos varios.


Saliendo de la Veiga del Prado. Al fondo, Peña Prieta

Nada de especial interés durante el ascenso por la pista, de unos dos kilómetros de longitud. Por las proximidades de la cuadra, un numeroso rebaño de ovejas. En todo el trayecto hasta aquí, ni un solo árbol. Trasponiendo la loma ya se tiene vista de la amplia y hermosa Veiga del Prado, una gigantesca turbera por donde pace otro rebaño más de ovejas, de amigables perros guardianes.


Cornón desde el Collado de Poceirón

En la Veiga giramos a la izquierda y la recorremos hasta una collada en su lado sur, ya a 1634 metros, para desde ahí ir enlazando senderos o tramos favorables hasta el Collado de Poceirón o Pozo Airón, situado en la loma que da vista al valle de la Almozarra, perteneciente a Lumajo. Desde un buen tramo antes de alcanzar el collado notamos ruidos de motores provenientes del otro lado. Imaginamos que algunos vehículos todoterreno pueden estar circulando en el lado de Lumajo, pero el runrún es continuo y extraño. En el collado descubrimos la verdad: es el sonido de los dúmpers y retroexcavadoras que trabajan en el cielo abierto de El Feixolín, tres valles más allá aunque invisible desde aquí. Lo cierto es que ese ruido es audible desde prácticamente cualquier cima del Alto Sil, incluso desde el lejano Catoute.


La Peña Muxivén, con su vertiente más hermosa

Lo lógico para ir hacia el norte desde este collado de Poceirón sería ir cordal arriba hacia Tres Cruces (1844 metros) que es la máxima cota que cierra el valle de Prefustes por el sur. Pero, ... ¿quién habló aquí de lógica? Itinerarios lógicos y razonables son frecuentemente contradictorios con el arte de la exploración. Y hoy, pues bueno, nos dio por propinarle un pequeño puntapié a la lógica. Así que, sabiendo la existencia de un sendero a media ladera por la vertiente oeste -de Lumajo- por otra ocasión anterior en que íbamos a descender del collado de Poceirón hacia las Enramadas, por allá que fuimos.


Tres Cruces desde el Miro la Piedra

El sendero atraviesa varios manantiales, algunas escobas y sin apenas esfuerzo alcanza el Collado de Tres Cruces, en la cabecera del valle de Prefustes. Todo hay que decirlo, desde el Collado de Poceirón hacia la cima de Tres Cruces no se percibía a simple vista ningún sendero y sí mucho brezo. La posterior arista desde esta cumbre hacia el este, pasando por Peña Prieta, parece estar completamente dejada de la mano de Dios -y del hombre- y la maleza se antoja abundante.


Penouta (derecha) y Peña Blanca (izquierda), desde el Alto de Prefustes

Desde el Collado de Tres Cruces decidimos que es pronto para iniciar el descenso y seguimos hacia el norte. Poco después, el sendero principal se dirige a media ladera hacia el Miro la Piedra, bordeando el Alto de Prefustes por el sur. Es un sendero muy recorrido por el ganado y sin un interés especial hasta que alcanzamos el cordal y damos vista a la Penouta, su veiga y por supuesto, la buena panorámica de todo el valle de Prefustes.



La Veiga de Prefustes. La abandonaríamos por la suave collada que se ve arriba, a la derecha

Damos aquí la vuelta por el sendero por el que vinimos para ascender al Alto de Prefustes no por el cordal, que nos muestra una gran roca en el camino, sino un poco más al oeste. Una vez en la cima, recorremos la pequeña meseta de la cumbre hasta su extremo norte, justo unos metros por encima del sendero que va del Puerto de Somiedo al Cornón. Ya hace calor y para parar a comer y hacer fotografías hay que buscar algún lugar donde sople el viento y nos espante las moscas de la cara.


Lapiaz. Al fondo asoman las estribaciones de Peña Prieta

Una vez vueltos al Collado de Tres Cruces, descendemos ya hacia el valle de Prefustes. Al llegar al fondo de la vega, enlazamos con la senda del Cornón y poco más allá, cruzamos el río aprovechando un puente natural en el tramo en que el arroyo se sumerge bajo tierra para volver a aparecer poco después. De nuevo, lo lógico hubiera sido ir hasta el Puerto para tomar allí el camino que lleva a la Veiga del Prado o, más cómodo aún, bajar por la carretera hasta el coche. Pero no será así, porque tras cruzar el arroyo, ascendemos a una pequeña collada situada en uno de los espolones que bajan de Peña Prieta, para luego bajar a la siguiente vaguada, no sin dificultad al perder el sendero y meternos en la espesura. Otra ascensión hasta un hermoso lapiaz de la siguiente loma y ya el descenso muy fácil hasta el camino que mencionábamos hace un momento y que lleva a la Veiga del Prado.


La ascensión a Peña Prieta por el este y su continuación hacia Tres Cruces se adivina peleona

El calor es insoportable y en varias ocasiones aproveché el agua de los arroyos para empaparme la cabeza y descargarla así unos minutos de la insolación. De vuelta en la cuadra del inicio de ruta, tres mastines nada amigables nos hostigan durante unos centenares de metros. ¿será el olor que dejaron en nuestras ropas los otros tres mastines que encontramos durante la mañana? ¿un clan rival? O simplemente, que no dimos con la tecla correcta para entablar la amistad con ellos.


Ya de vuelta en la Veiga del Prado y el arroyo que la desagua



Mapa extraído de Google Maps con la ruta realizada en trazo rojo. Pulsar en la imagen para ampliar




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